Ciénaga, Magdalena, se quedó sin playas y sin peces

Por: Luis Oñate Gámez
Según los expertos, la pérdida de los más de cincuenta metros de playa en Ciénaga, Magdalena, es un proceso de muchos años pero se ha acelerado en los últimos meses por efectos del Fenómeno del Niño. Es una de las poblaciones del Caribe que más se ha visto afectada por la erosión costera.
El mar de leva que se registró hace menos de una semana terminó por llevarse los patios y parte de las cocinas de varias viviendas del barrio Abajoen donde la mayoría de sus habitantes son de escasos recursos.

“Cada vez que se presenta un fenómeno natural como ese tenemos que seguir corriendo a apoyar a estas familias. Las evacuamos y apenas pasa la marejada ellos regresan porque no tienen a donde ir”, señaló el cabo Tomás Torres, del cuerpo de bomberos de Ciénaga.

En esta zona del noroccidente de Ciénaga, la playa de arenas blancas desapareció para los bañistas y los últimos cocoteros que actuaban como barreras y centinelas de las olas están a punto de caer. Los que igualmente se han visto afectados son los propietarios de estaderos y establecimientos comerciales que quedan frente al mar; si no hay playas no hay bañistas y sin ellos se muere comercialmente el sector.

En el municipio hay más de cien familias que derivan su sustento de la pesca artesanal quienes aseguran que en cinco o seis horas de trabajo no alcanzana pescar ni lo del sustento.

Elisabeth Uribe López, secretaria de la asociación de pescadores, manifestó que la construcción de los muelles para embarcar carbón, situados en Papare y cerca de la desembocadura de los ríos Toribio y Córdoba, ha afectado la pesca y las corrientes marinas. “Eso es lo que ha acelerado la erosión y ha hecho que los peces hayan desaparecido. Ahora las corrientes son frías y antes eran cálidas”, concluyó Uribe López.

El alcalde de Ciénaga, Edgardo Pérez, también indicó que los muelles y la mano del hombre han incidido para que su municipio se haya quedado sin playas y sin peces: “construyeron unos espolones sin ningún tipo de estudio y eso lo que hizo fue afectar a otros sectores”.

Para la administración municipal, la solución es la construcción de 22 espolones enrocados, cuyos estudios y financiación están listos pero falta la licencia ambiental. La obra tendrá un costo de 10 mil millones de pesos, recursos que serán aportados por la empresa Promigas, la Gobernación del Magdalena y la alcaldía.

Mientras tanto, para mitigar el impacto de las muchas marejadas que vendrán con el Fenómeno del Niño, se adelantan obras de relleno con sacos y arena vaciada en los sectores en donde más impacta el mar de leva.

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