Cuando
se habla de la “guerra de géneros” el tema del dinero suele ser una constante
que se trata desde cualquier ángulo, siendo la brecha salarial el aspecto
principal para ver la desigualdad que existe en reconocimiento del trabajo.
Pero no todas las “batallas” las ganan los hombres, cuando se trata de
inversión, por ejemplo, las mujeres pueden llegar a tener una ventaja por ser
mucho más precavidas, menos tendientes al riesgo y pensar más a futuro.
Pero
quizás por ese instinto maternal o simplemente porque son más emocionales,
pueden ser un poco menos atentas a ciertos detalles financieros. Incluso,
plantea unas preguntas curiosas al hablar de esos errores: ¿Alguna vez rescató
a un ex? ¿O quizá gastó más dinero en prácticas o terapias que no
presupuestaba? Incluso, ¿de pronto le sucedió también que un día se despertó y
se dio cuenta que no supo manejar su dinero como creía hacerlo?
Nuevamente,
puede que no sea algo que les suceda a todas las mujeres, pues también dependen
otros factores culturales, de formación y de experiencia de vida que modifiquen
ciertas conductas. Pero aquí le presentamos algunos de esos errores que suelen
ser más comunes que los cometan ellas que ellos:
•Sentirse
culpables
LearnVest
muestra que señaló que el 67% de las mujeres alguna vez ha sentido culpa por
una compra. En esto también coincide un estudio español que destaca que las
mujeres se sienten más culpables que los hombres por “cuestiones de genética”.
El
sentirse culpable luego de una compra es un factor que evita que se avance
económicamente y que, incluso, se generen conflictos de pareja (al ocultar
compras) o consigo misma al “responsabilizarse” y reprocharse por comprar algo
que “no debía”. Incluso, realmente no funciona solo con compras sino también
con otras situaciones, como sentirse culpable por abandonarlo o de no dar
dinero a quien lo estaba pidiendo.
El
efecto de esto es un “obstáculo mental” que muchas veces no permite darse un
autoreconocimiento de cosas que se merecen y que pueden guardarse para sí
mismas como parte de su realización personal.
•Son
salvadoras
Esto
tiene que ver con el sentimiento de empatía que tienden a tener mucho más las
mujeres que los hombres, por rasgos de evolución. Y esto sucede, especialmente,
con las personas que tienen una relación bastante cercana, de admiración o de
cariño. Es por eso que suele ser más común que se les soliciten préstamos más a
tías, a mamás, a abuelas que a los correspondientes masculinos.
Y ser
la “salvadora” de esa persona le hace sentir una sensación de tranquilidad y
satisfacción consigo misma. Y no es que eso esté mal, sino que la mayoría de
ellas lo hacen en condición de préstamos, más no de regalos. Y cuando no
reciben el pago de vuelta, el sentimiento de frustración puede llegar a ser
mayor que el de tranquilidad que tuvo inicialmente.
•Terapia
de compras
No es
un secreto que para la mayoría de ellas ir de compras puede ser una forma de
desestrarse o de recuperarse luego de tener un mal día. Incluso, muchas de
ellas simplemente salen a “recrear la vista”. Pero el verdadero problema surge
cuando hay una tarjeta de crédito en medio y promociones o descuentos.
Nuevamente,
no significa que todas las mujeres estén predispuestas a hacer grandes gastos
cuando tienen un mal día, no a todas les sucede. Pero sí hay un número de ellas
que no sienten que están gastando grandes cantidades de dinero. Incluso, señala
que la principal motivación del 79% de los encuestados que ingresan a una
tienda, lo hacían por “animarse” o mejorar su estado de ánimo.
•Poner
otros primero
Existe
un rasgo característico de las mujeres que puede llegar a obstaculizar su éxito
financiero y es el hecho de poner delante de ellas a otras personas. Según ,
existe un estudio que señala que las mujeres son dos veces más propensas que
los hombres a hacer sacrificios financieros, como descuidar el ahorro para su
jubilación con el fin de dar ese dinero como forma de ayuda a los hijos adultos
y padres ancianos.
•
Grandes acuerdos
Quizás
las compras pequeñas son más fáciles de realizar, por lo que pedir descuentos
menores de $10.000, son más fáciles de solicitar. Pero a veces el carisma y la
persistencia en la negociación de los hombres, que pueden preguntar la razón de
los costos sin ningún temor o piden más información sobre lo que van a
adquirir, al hacer las negociaciones. En un artículo de , experta en finanzas,
los hombres piensan la negociación como algo divertido y emocionante, mientras
que las mujeres lo ven como algo aterrador, lo que puede significar pérdida de
oportunidades.
•Las
cosas por escrito
Muchas veces las
mujeres confían solamente de palabra (nuevamente, puede que esto no aplique
para todas), pero cuando esperan lo prometido por la otra persona, ya sea por
un contrato de negocios u oferta laboral, hay precauciones que se tienen que
tomar. Es por eso que es muy importante dejar todo por escrito, con las
condiciones y situaciones pactadas y mantener copia de todo ello para luego
evitar desagradables sorpresas.
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